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Las elecciones en El Plateado, donde el Ejército no ha podido llevar los tarjetones

La disputa entre diferentes grupos armados en el enclave del Cañón del Micay pone en riesgo el derecho a votar de miles de habitantes de Argelia

municipio de Argelia, en el departamento colombiano de Cauca
Militares colombianos resguardan las calles de Argelia (departamento del Cauca) luego de un ataque del Frente Carlos Patiño al Ejército, en diciembre de 2022.Ejército de Colombia (Europa Press)
Daniela Díaz

Hace 16 años, alrededor de 13.000 personas estaban habilitadas para votar y las urnas quedaron vacías. Ni los jurados electorales se presentaron. Los puestos de sufragio en Argelia, Cauca, quedaron desiertos en las elecciones regionales y locales de 2007. Los argelinos decidieron abstenerse de votar como protesta por la falta de garantías electorales por el conflicto armado. Tras unos años mejores, las condiciones se han vuelto a deteriorar y el próximo domingo tendrán que ejercer su derecho al voto en medio de una crisis económica por la caída en el precio de la coca —el cultivo que sostiene a la zona—, un cese al fuego inestable y los choques de las disidencias contra una dura ofensiva militar.

El alcalde Jonathan Patiño anunció este jueves que el presidente Gustavo Petro visitará el municipio el próximo 6 de noviembre, una semana después de las elecciones y cuando la Presidencia organice el Festival por la vida, la unidad y la paz. Entre tanto, la tensión es alta. “Cuatro de las seis campañas en el municipio manifiestan no haber tenido garantías electorales. La mayoría han solicitado que se cambie el lugar de los puestos de votación” expresó a EL PAÍS Jhonnatan Patiño Cerón, alcalde de Argelia. Hasta este viernes no habían obtenido respuesta.

Este diario quiso entrevistar a varios líderes sociales y candidatos amenazados, pero todos manifestaron miedo a represalias y se abstuvieron de hablar, así fuera sin revelar su identidad. Por eso mismo, los candidatos llevan dos semanas solicitando al Comité de Garantías Electorales que trasladen los puestos de votación de los corregimientos de El Plateado y La Emboscada a la cabecera municipal de Argelia.

La solicitud llega después de una carrera electoral marcada por la violencia: la precandidata a la Alcaldía, Karen Mejía, denunció amenazas por parte de las disidencias; y el 20 de octubre fue asesinado el líder social Miller Silva Rosero, cuando salía de una capacitación como jurado electoral. La MOE ya lo había alertado en su quinto informe, en el que registró que 30 de los 42 municipios del Cauca presentan un riesgo alto o extremo por violencia en medio de las elecciones.

Para muchos, la única esperanza de que la calma finalmente llegue a Argelia ha sido la relevancia que el Valle de río Micay ha tenido para el presidente Gustavo Petro, quien incluso presentó su política de drogas el 3 de octubre en el vecino municipio de El Tambo y anunció allí que el Ejército entrará a controlar el cañón. “Liberaremos el valle del Micay, Cauca, de la economía ilícita y lo transformaremos en una región cafetera en manos del campesinado de la región”, había anunciado a fines de agosto.

La disyuntiva militar

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Con el objetivo de mantener el orden público durante las elecciones, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, lanzó hace dos meses el llamado Plan Democracia, un despliegue de 120.000 soldados para custodiar 4.611 puestos de votación en todo el país. Sin embargo, en El Plateado, uno de los corregimientos más poblados de Argelia, con al menos 7.000 habitantes, y conocido por sus cultivos de uso ilícito, el plan no se pudo ejecutar.

El cañón del río Micay es un enclave estratégico, al occidente del departamento del Cauca, entre Argelia y los vecinos municipios de El Tambo y López de Micay. Concentra el 50% de las hectáreas de coca cultivadas en todo el departamento, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Además, su ubicación es estratégica para la salida de la cocaína hacia el Océano Pacífico a través de López de Micay, Timbiquí y Guapi, tres municipios sobre el litoral.

Esas características han atraído a los grupos ilegales que se alimentan del narcotráfico y la minería ilegal de una región con tradición aurífera. La calma que en algún momento vivieron Argelia y sus alrededores ha sido efímera. El vacío que dejaron las extintas FARC tras el Acuerdo de Paz 2016 se llenó a los pocos meses por las disidencias conocidas como Frente Carlos Patiño, que más adelante se afiliaron al llamado Estado Mayor Central (EMC), que empezó a organizar Gentil Duarte y que, tras su muerte, es dirigido Iván Mordisco.

Luego, para disputar el control de ese bondadoso territorio, incursionó el frente José María Becerra del ELN, que en algunos sitios se aliaron con grupos de la otra gran sombrilla de las disidencias, la Segunda Marquetalia. Todas esas estructuras se han hecho de un gran control sobre varias zonas de Argelia, como el Plateado, especialmente el Frente Carlos Patiño. En algunos corregimientos ellos deciden quién entra, quién sale y hasta por quién se vota, lo que ha generado una crisis que el Gobierno no ha podido contener y que tiene en suspenso el derecho al voto.

De entrada, en El Plateado no se pudo implementar el Plan Democracia. Según declaraciones del general Federico Mejía, comandante del Comando Conjunto del Cauca, los militares no pudieron aterrizar el fin de semana antes de las elecciones pues fueron recibidos con disparos. Las autoridades electorales tampoco lograron entregar el material electoral para el próximo 29 de octubre. La negativa de las disidencias de dejar entrar a la fuerza pública puso en entredicho el cese al fuego firmado a inicios de mes con el EMC. El Cañón de Micay resultó ser el punto crítico de los diálogos con los insurgentes.

Sin embargo, un día después de ese hostigamiento, el EMC publicó un comunicado. En aras de respetar el acuerdo, argumenta, se comprometió a “no realizar ni hostigamientos ni acciones ofensivas en el marco del decreto del cese del fuego, exclusivamente durante el Plan Democracia. Cuando veamos necesario transitar en la cabecera de El Plateado, lo haremos de civil y sin armas”.

La guerrilla de Iván Mordisco también propuso que fueran las Guardias Indígenas y Cimarronas, quienes custodiaran los puestos de votación. La Procuraduría se opuso. “No puede haber lugares vedados para la Fuerza Pública”, indicó la cabeza de la entidad de control, Margarita Cabello Blanco. Por su parte, y en un tono calmo, el caucano y ministro de Interior, Luis Fernando Velasco, explicó en una rueda prensa este miércoles que los militares no van a entrar “a sangre y fuego” al corregimiento para evitar enfrentamientos que puedan dejar víctimas civiles.

El reto de la transformación

Los candidatos con mayores opciones para reemplazar a Patiño son Osman Guaca, del movimiento ‘Unidos por Argelia’ y Carlos Buitrón, del gobiernista Pacto Histórico. Aún así, cualquiera que llegue tendrá un camino difícil.

Ambos tienen detractores en uno u otro grupo ilegal, lo que puede ser un impedimento para que se muevan libremente por los once corregimientos del municipio. “Es el Estado en su integralidad el que debe entrar a resolver los problemas estructurales en el municipio. Gane quien gane, tendrá un grupo armado opositor”, explica Juan Manuel Torres, coordinador de la Oficina Pacífico de la Fundación Paz & Reconciliación (PARES).

El presidente ha señalado que su plan para la zona tiene dos ejes: “la victoria militar y luego el reemplazo de una economía ilícita por una lícita”. No en vano, en la firma del cese al fuego con EMC en Tibú se presentaron varios acuerdos que inician por la ‘transformación’ el Cañón de Micay. De acuerdo con la oficina del alto comisionado para la paz, entre los lineamientos suscritos en la mesa que se instaló entonces con ese grupo, se incluye impulsar estrategias para superar la dependencia de la economía de la coca y la cocaína. Un asunto complejo para un territorio que ha basado históricamente su economía en la actividad cocalera.

La victoria militar de la que habla Petro se vislumbra espinosa. Todavía no es claro como se conciliará la Operación Trueno, que impulsó esta administración hace cinco meses con el objetivo de restablecer el completo control militar sobre Argelia, con el cese al fuego sellado con el EMC. Torres sostiene que tras varios meses de iniciada esa ambiciosa operación, a la zona urbana de El Plateado no se ha llegado la presencia militar. “Eso es un indicador del enorme trabajo que hay por hacer para restablecer la confianza con las comunidades y toda la complejidad que hay para transformar las condiciones sociales que sostienen las economías ilícitas”, explica. Por ahora, el Ministerio de Defensa ha destacado la labor de aproximadamente 2.000 hombres que desembarcaron en la zona y ya han dado de baja a 20 disidentes y han capturado a otros 17.

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Sobre la firma

Daniela Díaz
Es fotoperiodista colombiana, colaboradora en medios como NACLA, The Humanitarian y Al Jazeera, especializada en temas de género y construcción de paz.

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